Siempre he estado muy vinculada al mar. En esta entrada voy a resumir la historia de mi pasión por el mar.
Decidí hacerme Capitán de barco cuando terminé mi carrera como Psicóloga de RRHH. Todo comenzó cuando me apunté a un programa de formación de vela ligera impartido por la Universidad de Valencia y la experiencia fue apasionante. Me produjo sensaciones tan intensas que decidí titularme profesionalmente, trabajar en el sector y navegar por el Mediterráneo.
Éstas son las razones que me llevaron a ello:
1. Navegar me hace feliz. Provoca en mí un cúmulo de sensaciones. Me siento viva. Me inyecta adrenalina. Es divertido y a veces, arriesgado. Me siento libre. Para mí no hay mayor sentimiento de libertad que navegar a vela dejándote llevar por la vida del barco.
2. Soy líder y soy equipo. Soy responsable de lo que pasa a bordo. Y tengo que tomar la mejor decisión en cuestión de segundos. El trabajo en el mar no es posible sin un buen equipo. Es necesario que cada miembro asuma su responsabilidad y que el equipo aprenda a auto-regularse.
3. Pone a prueba y desarrolla mis competencias. Pone a prueba cada una de mis capacidades y me obliga a ser mejor, dar una mejor respuesta. Constantemente trabajo bajo presión. El mar me obliga a solucionar conflictos de forma inmediata. He aprendido a trabajar bajo una jerarquía anclada en el siglo pasado. Rígida y anticuada. Puedo valorar los aspectos positivos y negativos de este tipo de organizaciones y hacer una comparación con los nuevos modelos de gestión de personas. He aprendido a hacerme respetar y ponerme en valor en un mundo machista sólo apto para hombres. Sé qué tipo de líder quiero ser y qué perfil quiero que me dirija. He conseguido mis objetivos adaptándome a la tripulación. Me han invitado muchas veces a abandonar, pero he sido perseverante en el logro de mis metas.
4. Me invita al autoconocimiento. En los momentos de calma puedo pensar y conectar conmigo misma. Estoy sola. Puedo ver el mundo desde otro punto de vista, lo que sucede en mi entorno. Analizar en qué áreas necesito mejorar. Qué es lo realmente importante.
5. Me recuerda quién soy y de lo que soy capaz. Me hace más fuerte. Es una muestra de que tengo la fortaleza y capacidad para conseguir lo que me proponga. Tengo el poder de elegir qué hago con mi vida y qué rumbo quiero tomar. Me recuerda que mi objetivo está por encima de las circunstancias independientemente de cuán difíciles sean éstas. Y que voy a luchar.
“Los obstáculos son esas cosas aterradoras que ves cuando apartas tus ojos de la meta.” Henrry Ford.